De safari con niños

Edad mínima

En los parques nacionales de Tanzania no existen normas en lo que respecta a la edad mínima para los niños, ¡así que todo el mundo es bienvenido! Nosotros mismos vemos que los niños más pequeños que vienen suelen tener entre 5 y 7 años. La ventaja de los niños más pequeños es que pueden entrar a los parques con la tarifa infantil.

Proporcione distracciones

Los safaris pueden durar bastante tiempo y puede ocurrir que no se encuentre con animales salvajes durante un rato. Todos sabemos que los niños pueden aburrirse rápidamente, por lo que recomendamos llevar siempre alguna forma de distracción. Esto puede ser en forma de un juego, un libro o, por ejemplo, un iPad.

Alojamiento y niños

Nuestros alojamientos están bien preparados para la llegada de niños. Consideramos importante que todos puedan disfrutar realmente de Tanzania. ¿Necesita una cuna? No hay problema. Además, la mayoría de los alojamientos tienen acceso a una maravillosa piscina u otras actividades. Relájese mientras los niños juegan (en el agua).

¿A qué debe prestar atención antes de ir de safari con niños?

Para un safari con niños, hay una serie de puntos importantes a los que debe prestar atención. ¡Hemos recopilado estos puntos y explicamos exactamente lo que puede hacer!

• Vacunación: Antes de su safari, visite a su médico (de cabecera) para preguntar qué medicamentos o vacunas son necesarios para sus hijos. Así evitará problemas de salud inesperados durante las vacaciones.
• Seguros: Antes de su safari, revise bien su seguro de viaje y cuáles son las condiciones para un viaje fuera de Europa. Además, le aconsejamos contratar un seguro de médicos voladores. De este modo, siempre se asegurará de que, si ocurre algo, tenga un avión a su disposición rápidamente.
• Empaquetar: Empaquetar para un safari ya es todo un reto, y más aún si tiene niños. El consejo que siempre damos a nuestros viajeros es que empaqueten la ropa día por día. Así que haga paquetes de su ropa por día para no tener que montar un conjunto cada día. Además, también es inteligente llevar una bolsa separada donde pueda meter la ropa sucia. Así su ropa limpia no se ensuciará.
• Protector solar y algo para la cabeza: Algo que quizás se da por sentado, pero aún así queremos decirlo. En un safari puede ocurrir que esté bastante tiempo al sol. Por lo tanto, es muy importante llevar una gorra o un sombrero. Además, es importante que se aplique protector solar a usted mismo y a sus hijos a diario.
• Viajes largos: Como ya se ha indicado en el apartado anterior. A veces se está mucho tiempo en el coche y entonces es importante que los niños se mantengan entretenidos. Por lo tanto, es bueno llevar algo para distraerlos.

“A ella le gustaba sentarse a mi lado en el asiento del copiloto para poder hacerme todas las preguntas”

David, nuestro experimentado Ranger, es nuestro colega desde hace muchos años y ha realizado muchos safaris con nuestros huéspedes. Está muy orgulloso de su país, la naturaleza y la cultura, y le encanta avistar animales salvajes. A David le gusta compartir sus experiencias sobre safaris con niños:

“He ido de safari con muchas familias diferentes y me encantan los niños. De todos los hermosos recuerdos, hay uno que me ha quedado grabado y que recuerdo con mucho cariño. Era una familia joven con una hija. Habían reservado un safari de 9 días y yo era su chófer privado. Enseguida conectamos. Sobre todo la hija y yo. Durante todos los safaris que hicimos y todos los animales salvajes que vimos, nos divertimos mucho. La hija insistió en sentarse a mi lado en el asiento del copiloto para poder hacerme todas las preguntas por el camino. Disfrutó mucho y me dijo que estaba deseando compartir sus historias con sus amigos del colegio. Era muy curiosa y, en cuanto íbamos a almorzar, primero empezábamos juntos con mi almuerzo. Cuando terminábamos con este, empezábamos con el suyo. A sus padres les encantaba y disfrutaban del placer de su hija y de todo lo bueno que vivíamos juntos. Fue una experiencia especial, también para mí. Me invitaron a cenar con la familia y terminábamos los días con conversaciones agradables.

El noveno día tuvimos que despedirnos. Un chófer colega llevaría a la familia al aeropuerto de Kilimanjaro, así que mi ‘tarea’ había terminado en realidad. Cuando la niña oyó esto, se quedó muy callada y no pudo tragar bocado durante la cena. Sus padres se compadecieron mucho de ella y preguntaron al gerente si realmente no había ninguna posibilidad de que yo les llevara al aeropuerto al día siguiente. Hubo que organizar muchas cosas, ya que ya estaba previsto que yo hiciera el siguiente safari. Pero lo conseguí y pude llevarlos al aeropuerto. La niña estaba encantada y sus vacaciones no podían haber terminado mejor. Una vez que llegamos al aeropuerto, me dio un fuerte abrazo y en realidad no quería soltarme. Sus padres me dieron las gracias varias veces y se llevaron a su hija. Con lágrimas en los ojos, pero con muchos recuerdos hermosos, entró. Volví a casa y estaba muy agradecido por esta hermosa experiencia”.